Normativa Tratamiento Cáncer de Hígado

Para el tratamiento sistémico del cáncer de hígado (hepatocarcinoma) avanzado el Fondo Nacional de Recursos cubrirá en primera línea el fármaco sorafenib, en pacientes con score Child y Pugh A y hepatocarcinoma avanzado (metastásico o con progresión lesional luego de tratamiento locorregional y no candidato a transplante), y con regorafenib como segunda línea de tratamiento en pacientes  portadores  de  hepatocarcinoma avanzado  (metastásico o conprogresión lesional luego de tratamiento locorregional y no candidato a trasplante), con  score  Child  y  Pugh  A  y  progresión  bajo  la  primera  línea  de  tratamiento con sorafenib o por intolerancia documentada al mismo, de acuerdo a los criterios establecidos en la Normativa de Cobertura para cada medicamento.

 

Normativa
 

Información Cáncer de Hígado

Se pueden formar varios tipos de cáncer en el hígado. El tipo más común de cáncer de hígado es el carcinoma hepatocelular, que comienza en el tipo principal de célula hepática (hepatocito). Otros tipos de cáncer de hígado, como el colangiocarcinoma intrahepático y el hepatoblastoma, son mucho menos comunes.

La mayoría de las personas no tienen signos ni síntomas en las primeras etapas del cáncer primario de hígado. Cuando existen señales y síntomas, estos pueden incluir los siguientes: pérdida de peso sin proponértelo, pérdida de apetito, dolor en la parte alta del abdomen, náuseas y vómitos, debilidad y fatiga general, hinchazón abdominal, decoloración amarillenta de la piel y la parte blanca de los ojos (ictericia), heces blancas o blanquecinas.
 


Carcinoma hepatocelular
El carcinoma hepatocelular es la forma más común del cáncer de hígado en adultos. El carcinoma hepatocelular o hepatocarcinoma ocupa el séptimo lugar en frecuencia y constituye la tercera causa de muerte por cáncer en el mundo. En nuestro país, la incidencia de tumores hepáticos es de aproximadamente 100 nuevos casos por año.

Esta enfermedad guarda una importante relación con la enfermedad hepática crónica, en particular la de etiología alcohólica e infecciosa secundaria a la infección por los virus de hepatitis B y C.
Las opciones de tratamiento para el hepatocarcinoma pueden dividirse en quirúrgicas (resección, crioablación y trasplante hepático) y no quirúrgicas. Dentro de estas últimas están las terapias locales (etanol, ablación con radiofrecuencia etc.) y las sistémicas (tratamiento para el que se administran sustancias que viajan por el torrente sanguíneo, que llegan y afectan a las células de todo el cuerpo).


Fuente imagen y texto: NIH: Instituto Nacional del Cáncer | American Cáncer Society

Por mayor información sobre este tratamiento consulte a su médico tratante.

Información sobre Leucemias

Leucemia Mieloide Crónica (LMC)
La leucemia mielógena crónica es una enfermedad lentamente progresiva de la sangre y cuyo origen radica en la medula ósea que origina un número excesivo de glóbulos blancos inmaduros llamados granulocitos y como consecuencia de ello afecta también la producción de glóbulos rojos y de plaquetas.
Habitualmente se presenta durante o después de la edad madura, y casi nunca ocurre en los niños.
Los signos y síntomas de la leucemia mielógena crónica son fiebre, sudores nocturnos y cansancio. La afectación de todas las células que produce la medula puede originar infecciones, sangrados, anemia.
La mayoría de las personas con LMC tienen una mutación genética (cambio en los coromosomas) que se llama cromosoma Filadelfia. Este cromosoma no se transmite de padres a hijos.
 
 
Leucemia Aguda Linfoblástica Philadelphia positiva
En el caso de la leucemia linfoblástica aguda (LLA) en adultos es un tipo de cáncer por el que la médula ósea fabrica demasiados linfocitos que es otro tipo de glóbulos blancos. Como consecuencia se ven afectados los glóbulos rojos, los glóbulos blancos y las plaquetas.
Entre los signos y síntomas de la LLA en adultos se incluyen la fiebre, el cansancio y los moretones o los sangrados que ocurren con facilidad.
Es posible que los cambios en ciertos cromosomas indiquen la presencia de la enfermedad siendo posible la presencia del cromosoma Filadelfia.
La presencia del cromosona Filadelfia en la LLC y en la LAL permite la sensibilidad a determinados medicamentos.
 
Fuente: https://www.cancer.gov/
 

Por mayor información sobre este tratamiento consulte a su médico tratante.

 

Posibles riesgos del tratamiento

En el transcurso del tratamiento con imatinib pueden presentarse, según la literatura médica, los siguientes eventos adversos más frecuentemente:
 
Edemas, presión arterial baja, dolor en el pecho, fatiga, dolor de cabeza, mareo, insomnio, depresión, trastornos del gusto, escalofríos, ansiedad, parestesia, erupción en la piel, dermatitis, prurito, sudores nocturnos, perdida del pelo, diaforesis, aumento de la enzima lactato deshidrogenasa, disminución del calcio, aumento de peso, disminución de la albúmina sérica, náuseas, diarrea, vómitos, dolor abdominal, anorexia, malestar digestivo, flatulencia, distensión abdominal, estreñimiento, estomatitis, disminución de glóbulos blancos y plaquetas, anemia, hemorragia, disminución del sodio, aumento de las enzimas hepáticas, aumento de la bilirrubina, infecciones, síntomas similares a la gripe, calambres musculares, dolores musculoesqueléticos y dolores articulares, debilidad, dolor de espalda, dolor en las extremidades, edema periorbital, aumento del lagrimeo, edema palpebral, visión borrosa, aumento de la creatinina sérica, nasofaringitis, tos, infección del tracto respiratorio superior, falta de aire, dolor faríngeo y laríngeo, rinitis faringitis, síntomas similares a la gripe, neumonía, sinusitis, fiebre.
 
 
En el transcurso del tratamiento con sunitinib pueden presentarse, según la literatura médica, los siguientes eventos adversos:
 
Más frecuentemente: hipertensión arterial, disminución de la eyección del corazón, edema periférico de los miembros, dolor torácico, fatiga, dolor en la boca y en la lengua pudiendo haber inflamación, dolor de cabeza, insomnio, escalofríos, depresión, mareo, decoloración de la piel y cabello, caída del mismo, síndrome palmar-plantar, erupción y enrojecimiento de la piel, prurito, aumento del ácido úrico, alteraciones en el calcio, fosforo, potasio, sodio y magnesio en la sangre, disminución de la albúmina, aumento de la glucosa en sangre, hipotiroidismo, diarrea, náuseas, vómitos, aumento de las enzima lipasa y amilasa en suero, pérdida de apetito, inflamación de las mucosas y sequedad, gingivitis, inflamación de la boca y lengua, úlcera oral, sequedad de la boca, inflamación del estómago, dolor y malestar abdominal, estreñimiento, pérdida de peso, flatulencia, reflujo gastroesofágico, disminución de la hemoglobina, disminución de los glóbulos blancos y plaquetas, hemorragias diversas, aumento de las enzimas hepáticas, aumento de la bilirrubina, dolor en las extremidades, debilidad, dolor en las articulaciones y músculos, dolor de espalda, aumento de la creatinina sérica, tos , falta de aire, la nasofaringe infección del tracto respiratorio superior.

Normativa Tumores del Estroma Gastrointestinal (GIST)

El FNR otorga cobertura para el tratamiento del GIST como complementaria de otra terapéutica y cuando la enfermedad está avanzada con metástasis con el medicamento Imatinib. Ante la falla del tratamiento el FNR dispone en su cobertura del medicamento Sunitinib.
 
En todos los casos el financiamiento de los tratamientos con determinado medicamento se realizará teniendo en cuenta los criterios de exclusión e inclusión a los que puede acceder en forma detallada en la normativa.
 

Información de los Tumores del Estroma Gastrointestinal (GIST)

El GIST o tumor estromal es un tipo de cáncer de los tejidos blandos del estómago e intestinos y representan aproximadamente el 1% de todos los diagnósticos de cáncer.
En su mayor parte el GIST primario se desarrolla en el estómago (50-70%), en el intestino delgado (20-30%), mientras que los tumores en el recto, el duodeno y el esófago son muy poco frecuentes.
El GIST puede presentarse en diferentes formas, que van desde tumores pequeños imperceptibles, a tumores grandes, bien identificables y operables. Todos son potencialmente malignos y pueden extenderse por todo el cuerpo.
 
Su detección y tratamiento oportunos conduce a mejores resultados y un mejor pronóstico.
 

Por mayor información sobre este tratamiento consulte a su médico tratante.

 

Riesgos del tratamiento propuesto con Azacitidina

Posibles riesgos del tratamiento con AZACITIDINA

En el transcurso del tratamiento con Azacitidina pueden presentarse, según la literatura médica, los siguientes eventos adversos:

Más frecuentemente edema periférico, dolor en el pecho, fatiga, rigidez , dolor de cabeza, mareos, ansiedad, depresión, malestar, dolor en general, insomnio, enrojecimiento de la piel, palidez, lesión cutánea, erupción cutánea, prurito, sudoración abundante, pérdida de peso, edema, disminución del potasio en sangre, náuseas, vómitos, estreñimiento, diarrea, anorexia, dolor abdominal , sensibilidad abdominal, disminución de las plaquetas, anemia, disminución de los glóbulos blancos, hematomas, petequias, afectación de la medula ósea, reacciones en el sitio de la inyección, enrojecimiento, dolor, hematomas en los lugares de administración. Debilidad, dolor en articulaciones, dolor en brazos y piernas, dolor de espalda, dolores musculares, tos, falta de aire, faringitis, sangrado nasal, infección de las vías respiratorias superiores, infección pulmonar, estertores en el pulmón, fiebre.

Menos frecuentemente soplo cardíaco, taquicardia, aumento o disminución de la presión arterial, síncope, dolor en la pared torácica, letargo, disminución de la sensibilidad, dolor postoperatorio, sudores nocturnos, celulitis, erupción en el lugar de la inyección, urticaria, nódulos cutáneos, sequedad de la piel, hemorragia en las encías, estomatitis, hemorroides, dispepsia, distensión abdominal, dificultades para tragar, úlcera de lengua, presencia de ganglios, hematoma, pequeñas manchas rojas en la mucosa oral, hemorragias, reacciones a la transfusión, infección por el virus del herpes simple, diferentes reacciones en el sitio de inyección como ser picazón, hematoma, endurecimiento, engrosamiento, decoloración de la piel, hinchazón. También calambres musculares, rinitis y goteo en la nariz, silbidos en los pulmones, ruidos respiratorios anormales, congestión de la nariz, dolor en la garganta, liquido en los pulmones, ronquidos, obstrucción de los bronquios, sinusitis.

 

Normativa tratamiento de Neoplasias Mielodisplásicas y Leucemia Aguda Mieloblástica

Para tratamiento de aquellas personas que presentan Síndromes Mielodisplásicos de riesgo alto, el Fondo Nacional de Recursos otorga cobertura financiera al medicamento Azacitidina y Venetoclax.

En todos los casos el financiamiento de los tratamientos con determinado medicamento se realizará teniendo en cuenta los criterios de exclusión e inclusión a los que puede acceder en forma detallada en la normativa.

Información sobre:

Síndromes Mielodisplásicos

La medula ósea es un tejido que se encuentra dentro de algunos huesos, por ejemplo: fémur, esternón, hueso de la cadera, que tiene la importante función de producir las células que componen la sangre en su conjunto. Es decir, en la médula ósea se producen los glóbulos rojos, glóbulos blancos y las plaquetas.

Estas células desempeñan funciones muy importantes para el funcionamiento adecuado del organismo y se desarrollan luego de un proceso de maduración desde células precursoras o células madre.

Las diferentes formas existentes de cánceres hematológicos afectan a cualquiera de estas células en sus etapas de maduración, de formación y producen el desarrollo de estas en más o en menos de sus parámetros normales.

Las enfermedades que se denominan síndromes mielodisplásicos tienen la particularidad de que las células sanguíneas inmaduras detienen su proceso madurativo muriendo en la propia medula ósea o precozmente al salir al torrente sanguíneo.

Para detectar y diagnosticar los síndromes mielodisplásicos, se utilizan una serie de estudios que examinan la sangre y la médula ósea. Las personas pueden tener síntomas tales como dificultad para respirar, debilidad, cansancio, palidez de la piel y de las mucosas, hematomas o sangrados de fácil aparición, pequeñas manchas rojas en la piel llamadas petequias. El tratamiento de los síndromes mielodisplásicos comprende diferentes medidas y alternativas que dependen del estado evolutivo de la enfermedad y puede comprender cuidados médicos de apoyo, terapia en base a medicamentos y trasplante de medula (precursores hematopoyéticos).

En base a la presencia e intensidad de una serie de factores los síndromes mielodisplásicos se clasifican en riesgo muy bajo, bajo, intermedio, alto, muy alto. De esta forma estos grupos de riesgo pueden se utilizan para ayudar a predecir el pronóstico de una persona y es de utilidad cuando se trata de determinar las mejores opciones de tratamiento.

 

Leucemia Aguda Mieloblástica

La leucemia aguda mieloblástica es un tipo de cáncer por el que la médula ósea produce un tipo de glóbulo blanco denominado mieloblastos, glóbulos rojos o plaquetas anormales. Los signos y síntomas de la leucemia aguda mieloblástica comprenden fiebre, cansancio, dificultad para respirar, formación fácil de hematomas o hemorragias, petequias (que son manchas planas, como puntitos debajo de la piel producidos por el sangrado, pérdida de peso y pérdida del apetito.

Su diagnóstico depende de la realización de pruebas para examinar la sangre y la médula ósea. Una vez que se diagnostica la leucemia mieloide aguda, se realizan pruebas para determinar si el cáncer se diseminó a otras partes del cuerpo.

Hay ciertos factores que afectan el pronóstico (probabilidad de recuperación) y las opciones de tratamiento.

Hay diferentes tipos de tratamiento para los pacientes adultos de leucemia mieloide aguda. Se utilizan cuatro tipos de tratamiento estándar: Quimioterapia, Radioterapia, Quimioterapia, con trasplante de células madre y otras terapias con medicamentos.

 

Por mayor información sobre este tratamiento consulte a su médico tratante.