Normativa de tratamiento de la Enfermedad de Crohn

Los fármacos con cobertura del FNR para el tratamiento de la Enfermedad de Crohn son: Infliximab, Adalimumab y Upadacitinib.

A efectos de autorizar la cobertura financiera del fármaco, en todos los pacientes se realizará una evaluación integral, de la cual surja una expectativa de vida razonable.

Pueden existir situaciones clínicas vinculadas a otras patologías, en las cuales el uso de estos medicamentos pueda estar indicado. Queda expresamente establecido que estas situaciones, que no están contempladas dentro de los criterios de inclusión de la normativa vigente, no serán cubiertos por el Fondo Nacional de Recursos.

Normativa de tratamiento y prevención de la Infección por Citomegalovirus (CMV)

Para el Tratamiento y Prevención de la Infección por CMV el Fondo Nacional de Recursos cubrirá el fármaco Valganciclovir en pacientes trasplantados.

A efectos de autorizar la cobertura financiera, en todos los pacientes se tomará en cuenta en forma integral la edad, calidad de vida, la existencia de comorbilidades y el pronóstico. De tal manera que de la evaluación surja una expectativa de vida razonable.

Asimismo, la financiación se realizará teniendo en cuenta los criterios de exclusión e inclusión a los que puede acceder en forma detallada en esta normativa.

Información de Citomegalovirus en Trasplantes

El Citomegalo-virus (CMV) es un virus ampliamente diseminado en los seres humanos y es muy frecuente la ocurrencia de infección asintomática y el individuo infectado posteriormente queda como un portador. Se conoce como infección a la situación en la cual un individuo adquirió el CMV y este se encuentra en su organismo; esta infección puede ser asintomática (situación en la cual el paciente es conocido como portador) o puede determinar manifestaciones en el individuo infectado (situación conocida como enfermedad por CMV).

En los receptores de trasplantes de órganos sólidos, la infección por CMV es la mayor  causa de morbilidad y mortalidad infecciosa, con incidencia de infección y enfermedad  por CMV que oscila entre 19-90% y 26-90%, respectivamente.Los receptores de trasplantes frecuentemente adquirieron la infección mucho tiempo antes y el CMV persistió en el organismo, existiendo la posibilidad de reactivación luego del trasplante favorecida por el tratamiento inmunosupresor. Otra vía de adquisición de la infección a través del propio órgano trasplantado, en caso que el donante sea portador del CMV. También se puede adquirir a través de transfusiones de sangre.

En los pacientes trasplantados e infectados con CMV las consecuencias pueden ser: 1) desarrollo de manifestaciones clínicas: a) un cuadro de afectación general causado por CMV sin afectar ningún órgano en forma específica, llamado síndrome viral,  o b) un cuadro con afectación de uno o más órganos específicos, situación llamada enfermedad visceral por CMV), 2) en los pacientes con enfermedad por CMV, éste puede causar aumento de la inmunosupresión del  huésped y favorecer la ocurrencia de otras infecciones oportunistas, y c) injuria y/o rechazo del órgano trasplantado, con disminución de la supervivencia del injerto.

El riesgo de infección y enfermedad por  CMV en el trasplante de órgano sólido está determinado principalmente por el hecho de haber adquirido el CMV previamente, lo que se determina a través del estado serológico para el CMV del receptor y del donante. La combinación de donante positivo (transmisor de CMV a través del órgano)  y receptor negativo (sin ningún grado de inmunidad previa para CMV) es la situación de mayor riesgo de infección y desarrollo de enfermedad por CMV en el receptor.

El otro factor que condiciona mayor riesgo de  infección y enfermedad por CMV es la intensidad del tratamiento inmunosupresor, especialmente la administración de anticuerpos anti-linfocíticos.

Para evitar la ocurrencia de enfermedad por CMV en el receptor existe la posibilidad de administrar profilaxis con antivirales. La profilaxis con  antivirales se puede realizar aplicando un criterio de profilaxis universal, de profilaxis selectiva o utilizando un tratamiento anticipado.

La  profilaxis con criterio universal consiste en la administración de antivirales en forma  sistemática en los pacientes de moderado o alto riesgo (ej. Donante positivo para CMV y Receptor negativo) durante 90 días, iniciando en los  primeros 10 días del trasplante.

La profilaxis selectiva se refiere a la utilización específica de profilaxis ante situaciones que determinen alto riesgo de enfermedad por  CMV (ej. administración de inmunoglobulinas anti-linfocíticas, en un paciente seropositivo o que recibió un órgano de un donante seropositivo para CMV).

El  tratamiento anticipado (preemptive en inglés) consiste en vigilar la presencia de partículas del CMV en sangre (mediante un estudio llamado “determinación de antigenemia” o mediante un estudio de biología molecular que busca material genético del virus en la sangre). Ante la presencia de las referidas partículas virales, se aplica un tratamiento con  antivirales, antes de que el paciente desarrolle síntomas de la infección.

Varios ensayos clínicos han demostrado el  beneficio de la profilaxis con antivirales (valaciclovir, ganciclovir y valganciclovir) en  la prevención de la infección, de la enfermedad y de los efectos indirectos del CMV en  los pacientes trasplantados de órganos sólidos. También se ha demostrado el beneficio  del tratamiento anticipado con antivirales en la prevención de la enfermedad por CMV.

Por mayor información sobre este tratamiento consulte a su médico tratante.

 

 

Riesgos del tratamiento propuesto para el Cáncer de Pulmón

Los efectos adversos más importantes del tratamiento con Gefitinib son:

  • Más frecuentemente: fatiga, debilidad, erupción y enrojecimiento de la piel, sequedad en la piel, panadizo (infección en la piel cerca de las uñas), picazón, acné, diarrea, falta de apetito, pérdida de peso, náuseas, vómitos, inflamación del estómago, y dolor abdominal.
  • Menos frecuentemente: conjuntivitis, disminución de la agudeza visual, dificultad para respirar, tos, aumento de las enzimas hepáticas, inflamación pulmonar (neumonitis), edemas en las piernas, y en muy raras ocasiones, complicaciones graves que pueden poner en riesgo la vida.

Los efectos adversos más importantes del tratamiento con Erlotinib son:

  • Más frecuentemente: fatiga, erupción y enrojecimiento de la piel, picazón, acné, diarrea, falta de apetito, náuseas, vómitos, inflamación del estómago, y dolor abdominal.
  • Menos frecuentemente: conjuntivitis, sequedad en la piel, dificultad para respirar, tos, pérdida de peso, aumento de las enzimas hepáticas, inflamación y fibrosis pulmonar, y en muy raras ocasiones, complicaciones graves que pueden poner en riesgo la vida.

El uso de Pembrolizumab puede tener los siguientes efectos adversos:

  • Más frecuentemente: fatiga, diarrea, náuseas, disminución del apetito, erupción cutánea, picazón, dolor articular o muscular, tos, fiebre, falta de aire, y dolor abdominal.
  • Menos frecuentemente: inflamación del hígado (hepatitis), problemas en las glándulas endocrinas (como la tiroides), colitis (inflamación del intestino), neumonitis (inflamación del pulmón), insuficiencia renal, reacciones graves en la piel (como el síndrome de Stevens-Johnson), inflamación del corazón.

Para Atezolizumab los efectos adversos son:

  • Más frecuentemente: fatiga, pérdida de apetito, náuseas, diarrea, erupción cutánea, fiebre, dolor articular o muscular, tos, dificultad para respirar, e infecciones del tracto urinario.
  • Menos frecuentemente: inflamación pulmonar (neumonitis), colitis (inflamación intestinal), hepatitis (inflamación del hígado), hipotiroidismo o hipertiroidismo (problemas de la tiroides), insuficiencia renal, reacciones graves en la piel, inflamación del corazón (miocarditis), y otros trastornos autoinmunes que pueden afectar distintos órganos.

El uso de Osimertinib puede tener efectos secundarios que varían de un paciente a otro. Algunos de los riesgos incluyen:

  • Más frecuentemente: diarrea, fatiga, náuseas, erupción cutánea, sequedad de la piel, disminución del apetito, problemas en las uñas, tos, falta de aire, dolor de cabeza, y dolor muscular o articular.
  • Menos frecuentemente: inflamación en el tejido pulmonar (neumonitis), alteraciones en la función del corazón (prolongación del intervalo QT), problemas oculares como visión borrosa, cambios en los resultados de las pruebas hepáticas, anemia, disminución del recuento de glóbulos blancos, infecciones respiratorias y problemas de coagulación.

Los efectos adversos más importantes del tratamiento con Alectinib son:

  • Más frecuentemente: fatiga, estreñimiento, hinchazón de los pies o manos, aumento de peso, dolores musculares, tos, falta de aire, dolor de cabeza, dolor en las articulaciones y diarrea.
  • Menos frecuentemente: aumento de los niveles de enzimas hepáticas, daño hepático, aumento de la creatinina (indicador de función renal), bradicardia (latido lento del corazón), sensibilidad a la luz solar, inflamación pulmonar (neumonitis), problemas de visión y cambios en la presión arterial.

Cada paciente es único, por lo que es esencial consultar y discutir los riesgos y beneficios del tratamiento específicamente con el/la médico/a especialista en esta enfermedad.

Normativa de tratamiento del Cáncer de Pulmón

Para el tratamiento sistémico del cáncer de pulmón el Fondo Nacional de Recursos financia: Erlotinib, Gefitinib, Atezolizumab, Pembrolizumab, Osimertinib, Alectinib.

Si desea ampliar la información sobre las indicaciones para esta cobertura, ingrese a la normativa:

Información Cáncer de Pulmón

El cáncer de pulmón es uno de los cánceres más comunes en el mundo y también en Uruguay, donde ocupa el primer lugar.

En nuestro país se diagnostican aproximadamente 1300 nuevos casos y fallecen unos 1200 pacientes por año. La similitud entre las cifras de incidencia y las de mortalidad refleja el franco predominio de los pacientes que se diagnostican en una etapa tardía, es decir con enfermedad avanzada y de pronóstico pobre. Es probable que las personas con cáncer de pulmón no tengan síntomas al principio de la enfermedad pero van apareciendo a medida que el cáncer crece.

Consulte a su médico si observa : una tos que no desaparece y empeora con el tiempo, dolor constante en el pecho, tos con expectoración con sangre, falta de aire, silbidos al respirar o ronquera, problemas repetidos por neumonía o bronquitis, inflamación del cuello y la cara, pérdida del apetito o pérdida de peso, fatiga.

Existen muchos tipos de cáncer de pulmón. Cada uno de ellos crece y se disemina de un modo distinto y se trata de una forma diferente. El tratamiento también depende del estadio o de qué tan avanzado se encuentre. El tratamiento puede incluir quimioterapia, radiación y cirugía.

Factores de riesgo

Los médicos rara vez pueden explicar por qué el cáncer de pulmón se presenta en una persona, pero no en otra. Sin embargo, es claro que una persona con ciertos factores de riesgo puede tener más probabilidades que otras de padecer cáncer de pulmón. Un factor de riesgo es algo que puede aumentar la posibilidad de que una enfermedad se presente.

Los estudios han encontrado los siguientes factores de riesgo para cáncer de pulmón:

  • Humo de tabaco: El humo de tabaco causa la mayoría de los casos de cáncer de pulmón. Es sin duda el factor de riesgo más importante de cáncer de pulmón. Las sustancias nocivas del humo lesionan las células del pulmón. Es por eso que fumar cigarrillos, pipa o puros (o cigarros) puede causar cáncer de pulmón y por qué la exposición al humo de tabaco en el ambiente puede causar cáncer de pulmón en personas que no fuman. Entre mayor sea la exposición al humo, mayor es el riesgo de cáncer de pulmón.
  • Radón: El radón es un gas radiactivo invisible, sin olor y sin sabor. Se forma en la tierra y en las rocas. Las personas que trabajan en las minas pueden estar expuestas al radón. En algunas partes del país, el radón se encuentra en las casas. El radón daña las células del pulmón, y las personas expuestas al radón tienen mayor riesgo de padecer cáncer de pulmón. El riesgo de cáncer de pulmón por el radón es aún mayor en quienes fuman.
  • Asbesto y otras sustancias: Las personas que tienen ciertos trabajos (como quienes trabajan en las industrias de construcción y química) tienen un mayor riesgo de padecer cáncer de pulmón. La exposición al asbesto, arsénico, cromo, níquel, hollín, alquitrán y otras sustancias puede causar cáncer de pulmón. El riesgo es mayor para quienes tienen años de estar expuestos. El riesgo de cáncer de pulmón por exposición a estas sustancias es aún mayor en quienes fuman.
  • Contaminación del aire: La contaminación del aire puede aumentar levemente el riesgo de cáncer de pulmón. El riesgo por contaminación del aire es mayor para los fumadores.
  • Antecedentes familiares de cáncer de pulmón: Las personas con padre, madre, hermano o hermana que tuvo cáncer de pulmón pueden tener un ligero aumento en el riesgo de esta enfermedad, aunque no fumen.
  • Antecedentes personales de cáncer de pulmón: Las personas que ya han tenido cáncer de pulmón tienen mayor riesgo de padecer un segundo tumor de pulmón.
  • Edad mayor de 65 años: La mayoría de las personas tienen más de 65 años cuando se les diagnostica cáncer de pulmón.

Fuente: NIH: Instituto Nacional del Cáncer

Por mayor información sobre este tratamiento consulte a su médico tratante.

 

Riesgos del tratamiento propuesto para el Cáncer Colo- Rectal

Los efectos adversos más importantes del tratamiento con Bevacizumab y Cetuximab son:

  • Hipertensión arterial.
  • Perforaciones gastrointestinales y fístulas.
  • Tromboembolismos arteriales y venosos.
  • Hemorragias.
  • Proteinuria.
  • Puede ocasionar problemas en la cicatrización de las heridas.

El uso de Pembrolizumab puede tener efectos secundarios que varían de un paciente a otro. Algunos de los riesgos incluyen:

  • Fatiga
  • Reacciones cutáneas
  • Problemas digestivos
  • Reacciones inmunológicas adversas

Cada paciente es único, por lo que es esencial consultar y discutir los riesgos y beneficios del tratamiento específicamente con el/la médico/a especialista en esta enfermedad.

Información de Cáncer de Colo- Rectal

El cáncer del colon y recto también se conoce como cáncer colorrectal. En nuestro país representa el tercer cáncer más frecuente y la segunda causa de muerte por cáncer, luego del carcinoma de pulmón. Se diagnostican aproximadamente 1500 casos por año, ocurriendo el 90% en mayores de 50 años. Si se detecta anticipadamente, con frecuencia es curable.

Es probable que las personas con cáncer colorrectal. cáncer no tengan síntomas al principio de la enfermedad pero van apareciendo a medida que el cáncer crece. Consulte a su médico si observa: sangre en la materia, materia más delgada, cambios en los hábitos intestinales y malestar estomacal general. Sin embargo, es posible no presentar síntomas en sus inicios, de modo que las pruebas de detección son importantes. Todas las personas mayores de 50 años de edad deben someterse a estudios para descartar el cáncer colorrectal. El tratamiento incluye cirugía, quimioterapia, radiación o una combinación de todas.

Fallecen, por esta causa, aproximadamente 900 uruguayos por año. En los pacientes con enfermedad avanzada, la incorporación de nuevos agentes quimioterápicos y de terapias dirigidas contra blancos moleculares tales como el Bevacizumab, ha permitido una prolongación significativa de la sobrevida.

Factores de riesgo
No se conocen las causas exactas del cáncer colorrectal. Los médicos rara vez pueden explicar por qué el cáncer colorrectal se presenta en una persona, pero no en otra. Sin embargo, es claro que el cáncer colorrectal no es contagioso.La investigación ha demostrado que personas con ciertos factores de riesgo tienen más probabilidad que otras de padecer cáncer colorrectal. Un factor de riesgo es algo que puede aumentar la posibilidad de que una enfermedad se presente.

Los estudios han encontrado los siguientes factores de riesgo de cáncer colorrectal:

Edad mayor de 50 años: El cáncer colorrectal es más probable que ocurra al envejecer las personas. Más del 90 por ciento de las personas con esta enfermedad fueron diagnosticadas después de los 50 años de edad. La edad promedio al momento del diagnóstico es de 72 años.

Pólipos colorrectales: Los pólipos son tumores en la pared interior del colon o del recto. Son comunes en personas de más de 50 años de edad. La mayoría de los pólipos son benignos (no cancerosos), pero algunos pólipos (adenomas) pueden hacerse cancerosos. Al encontrar y extirpar los pólipos, puede reducirse el riesgo de cáncer colorrectal.

Antecedentes familiares de cáncer colorrectal: Familiares cercanos (padres, hermanos, hermanas o hijos) de una persona con antecedentes de cáncer colorrectal tienen en cierta manera mayor probabilidad de presentar esta enfermedad ellos mismos, especialmente si el familiar tuvo el cáncer a una edad joven. Si muchos familiares cercanos tienen antecedentes de cáncer colorrectal, el riesgo es aún mayor.

Alteraciones genéticas: Los cambios en ciertos genes aumentan el riesgo de cáncer colorrectal. El cáncer de colon hereditario no polipósico (HNPCC) es el tipo más común de cáncer colorrectal heredado (genético). Comprende cerca del 2 por ciento de todos los casos de cáncer colorrectal. Es causado por cambios en un gen HNPCC. La mayoría de las personas con un gen HNPCC alterado presentan cáncer de colon, y la edad promedio que tienen cuando son diagnosticadas con cáncer de colon es de 44 años. La poliposis adenomatosa familiar es una enfermedad rara, hereditaria, en la que se forman cientos de pólipos en el colon y recto. Es causada por cambios en un gen específico llamado APC. Al menos que se trate la poliposis adenomatosa familiar, generalmente termina en cáncer colorrectal a los 40 años de edad. La poliposis adenomatosa familiar comprende menos del 1 por ciento de todos los casos de cáncer colorrectal.

Los familiares de personas que presentan cáncer colorrectal hereditario no polipósico o poliposis adenomatosa familiar pueden hacerse pruebas genéticas para buscar mutaciones genéticas específicas. Los médicos pueden sugerir formas para tratar de reducir el riesgo de cáncer colorrectal o mejorar la detección de esta enfermedad en quienes tienen cambios en sus genes. Para adultos con poliposis adenomatosa familiar, el médico puede recomendar una operación para extirpar todo el colon y el recto o sólo una parte.

Antecedentes personales de cáncer: La persona que ya ha tenido cáncer colorrectal en el pasado puede presentar cáncer colorrectal una segunda vez. También, las mujeres con antecedentes de cáncer de ovarios, de útero (endometrio), o de seno tienen, en cierto modo, un riesgo mayor de padecer cáncer colorrectal.

Colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn: La persona que ha tenido alguna enfermedad que causa la inflamación del colon (como la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn) por muchos años tiene un riesgo mayor de presentar cáncer colorrectal.

Dieta: Los estudios sugieren que las dietas ricas en grasa (especialmente la grasa animal) y pobres en calcio, folato y fibra pueden aumentar el riesgo de cáncer colorrectal. También, algunos estudios sugieren que las personas que consumen una dieta muy pobre en frutas y verduras pueden tener un riesgo mayor de cáncer colorrectal. Sin embargo, los resultados de estudios sobre dieta no siempre están de acuerdo, y se necesita más investigación para entender mejor en qué forma la dieta afecta el riesgo de cáncer colorrectal.

Fumar cigarrillos: La persona que fuma cigarrillos puede tener un riesgo mayor de presentar pólipos y cáncer colorrectal.

Puesto que las personas que tienen cáncer colorrectal pueden padecer esta enfermedad una segunda vez, es importante hacerse pruebas de seguimiento. Si usted tiene cáncer colorrectal, es probable que también tenga preocupación de que los miembros de su familia puedan padecer la enfermedad. Las personas que piensan que pueden tener el riesgo deberán hablar de esta preocupación con su médico. El médico puede sugerir formas de reducir el riesgo y planear un programa adecuado de pruebas. Vea la sección de «Exámenes selectivos de detección» (a continuación) para aprender más sobre las pruebas que pueden detectar pólipos o cáncer colorrectal.

Fuente: NIH: Instituto Nacional del Cáncer

Por mayor información sobre este tratamiento consulte a su médico tratante.

 

Riesgos del tratamiento propuesto para el Cáncer de Riñón

Los fármacos utilizados para el tratamiento del cáncer de riñón pueden causar diversos efectos adversos. Los efectos secundarios de cada uno de ellos son los descritos a continuación:

Pazopanib:

– Más frecuentes: Diarrea, náuseas, pérdida de apetito, fatiga, hipertensión, y cambios en las funciones hepáticas (como elevación de enzimas hepáticas).

– Menos Frecuentes: Problemas graves de hígado, sangrado, problemas de coagulación, y riesgo de perforación gastrointestinal.

Sunitinib:

– Más frecuentes: Fatiga, diarrea, náuseas, pérdida de apetito, dolor abdominal, hipertensión, y cambios en las funciones hepáticas.

– Menos Frecuentes: Problemas cardíacos (como insuficiencia cardíaca), efectos en la piel (como manchas amarillas o grises), y aumento en el riesgo de sangrado.

Nivolumab

– Más frecuentes: Fatiga, erupción cutánea, prurito, diarrea, y náuseas.

– Menos Frecuentes: Reacciones autoinmunes que pueden afectar órganos como los pulmones (neumonitis), hígado (hepatitis), tiroides (hipotiroidismo o hipertiroidismo), y colon (colitis).

Ipilimumab:

– Más frecuentes: Fatiga, prurito, erupción cutánea, diarrea, y náuseas.

– Menos Frecuentes: Efectos autoinmunes severos en órganos como el hígado (hepatitis), intestinos (colitis), tiroides (hipotiroidismo o hipertiroidismo), y glándulas suprarrenales (insuficiencia suprarrenal).

 Pembrolizumab:

– Más frecuentes: Fatiga, erupción cutánea, prurito, diarrea, y náuseas.

– Menos Frecuentes: Reacciones autoinmunes similares a las de nivolumab e ipilimumab, afectando el hígado, pulmones, intestinos, tiroides, y glándulas suprarrenales.

Axitinib:

– Más frecuentes: Diarrea, hipertensión, fatiga, pérdida de apetito, y alteraciones en las funciones hepáticas.

– Menos Frecuentes: Problemas cardiovasculares, Menos Frecuentes en la piel (como palidez), y problemas de sangrado.

 

Cada paciente es único, por lo que es esencial consultar y discutir los riesgos y beneficios del tratamiento específicamente con el/la médico/a especialista en esta enfermedad.

 

Normativa de tratamiento Cáncer de Riñón Metastásico

Para el Tratamiento Sistémico del Cáncer de Riñón Metastásico el Fondo Nacional de Recursos financia: en primera línea los fármacos Sunitinib, Pazopanib, Pembrolizumab + Axitinib y Nivolumab + Ipilimumab y en segunda línea el Nivolumab.

Si desea ampliar la información sobre las indicaciones para esta cobertura, ingrese a la normativa: