Información Infarto Agudo de Miocardio

El aparato circulatorio está constituido fundamentalmente por el corazón (el órgano motor), las arterias y las venas.

El corazón es una bomba que, con su acción impulsora, proporciona la fuerza necesaria para que la sangre y las sustancias que ésta transporta circulen adecuadamente a través de las venas y las arterias. En cada latido, el corazón expulsa una determinada cantidad de sangre hacia la arteria más gruesa (aorta) y por sucesivas ramificaciones que salen de la aorta, la sangre llega a todo el organismo. El corazón es un órgano muscular (miocardio) y, como todos los músculos, necesita para su funcionamiento oxígeno y nutrientes, que obtiene, como el resto del cuerpo, de la sangre. Ésta le llega a través de las arterias coronarias que salen de la aorta. Las arterias coronarias recorren la superficie externa del corazón en todo su contorno formando una especie de corona (de ahí su nombre) y de ella parten ramas que hacen llegar la sangre a todo el músculo cardíaco.

Las arterias coronarias son dos: derecha e izquierda. La coronaria izquierda se divide en dos grandes ramas: descendente anterior y circunfleja. Tenemos así tres grandes arterias: coronaria derecha, descendente anterior y circunfleja. Las necesidades de oxígeno del músculo cardíaco no son siempre las mismas.

Cuando el organismo precisa más aporte de energía, el corazón responde a esa necesidad aumentando su trabajo. Este incremento hace que se eleven las necesidades de oxígeno del propio músculo cardíaco, exigencias que son resueltas mediante un mayor aporte de sangre a través de las arterias coronarias.

Las Enfermedades Cardiovasculares son aquellas que afectan el corazón y los vasos sanguíneos. Son la primera causa de muerte en los países desarrollados y provocan el 31,2% de las que tienen lugar en España. La principal causa de estos fallecimientos es el infarto de miocardio, que representa más del 50% de la mortalidad cardiovascular total.

La Cardiopatía Isquémica es la enfermedad ocasionada por la arteriosclerosis de las arterias coronarias, es decir, las encargadas de proporcionar sangre al músculo cardíaco (miocardio). La arteriosclerosis coronaria es un proceso lento de formación de colágeno y acumulación de lípidos (grasas) y células inflamatorias (linfocitos). Estas tres causas provocan el estrechamiento (estenosis) de las arterias coronarias.

Existen tres tipos de cardiopatías isquémicas distintas:

Infarto agudo de miocardio

Angina de pecho inestable

Angina de pecho estable

Infarto agudo de miocardio también llamado Síndrome Coronario Agudo con Elevación del ST.
Se trata de un síndrome coronario agudo. El infarto agudo de miocardio es una enfermedad grave que ocurre como consecuencia de la obstrucción de una arteria coronaria por un trombo (coágulo). La consecuencia final de la obstrucción de la arteria es la muerte (necrosis) del territorio que irriga la arteria obstruida. Por tanto, la importancia del infarto de miocardio dependerá de la cantidad de músculo cardíaco que se pierda.

El infarto suele ser un evento inesperado que se puede presentar en personas sanas, aunque generalmente es más frecuente en quienes tienen factores de riesgo y en enfermos que ya han padecido otra manifestación de cardiopatía isquémica.

El infarto se manifiesta por un dolor en el pecho de similares características a la angina, pero mantenido durante más de 20 minutos. Puede ir acompañado de fatiga, sudor frío, mareo o angustia. Va asociado con frecuencia a una sensación de gravedad, tanto por la percepción del propio enfermo, como por las respuestas urgentes que habitualmente provoca en el entorno sanitario que lo atiende. Pero la ausencia de esta sensación no excluye su presencia. Puede ocurrir en reposo y no remite espontáneamente.

La necrosis del territorio que se queda sin riego sanguíneo es progresiva. El daño se incrementa con el tiempo y, una vez muere la porción de músculo cardíaco, es imposible recuperar su función. Sin embargo, el daño sí se puede interrumpir si el miocardio vuelve a recibir sangre por medio de procedimientos que desatascan la arteria bloqueada.

Por ello, es fundamental que la persona con un infarto llegue al hospital lo antes posible. Lo ideal es que reciba atención en el transcurso de la primera hora desde el inicio de los síntomas. Si esto no es posible, durante las horas siguientes al infarto deberán aplicarle tratamientos como trombolisis (fármacos administrados por vía intravenosa que disuelven el trombo) o angioplastia (recanalización mecánica con catéteres de la arteria obstruida. Cuanto antes sea atenido el paciente, mayores posibilidades tiene de evitar daños definitivos.

Por mayor información sobre este tratamiento consulte a su médico tratante.

Riesgos del tratamiento propuesto para la Hipertensión Arterial Pulmonar

Los eventos adversos más frecuentes durante el tratamiento con Bosentan son:

  • Edemas, dolores de  cabeza, inhibición de la espermatogénesis, disminución de la hemoglobina, aumento de las enzimas hepáticas transaminasas, infecciones del aparato respiratorio.
  • Menos frecuentemente pueden aparecer: dolor en el pecho, sincope, enrojecimiento de la piel, rubefacción, disminución de la presión arterial, palpitaciones, anemia, alteraciones de la función hepática, dolor en las articulaciones, sinusitis.
  • Más raramente: síntomas importantes como edema angioneurótico, insuficiencia cardíaca, cirrosis, aumento de la bilirrubina, ictericia, reacciones alérgicas, vasculitis, disminución de los glóbulos blancos, insuficiencia hepática, edema periférico, erupción de piel, disminución de las plaquetas, ganancia depeso.

El Bosentan está contraindicado si es alérgico al fármaco o a alguno de los componentes de la formulación, si toma en forma concomitante ciclosporina o glyburide y durante en el embarazo.

Los eventos adversos más frecuentes durante el tratamiento con Iloprost son:

  • Enrojecimiento de la piel y rubefacción, disminución de la presión arterial, dolor de cabeza, náuseas, limitación para abrir la boca (trismus), dolor mandibular, tos, síntomas de resfrío.
  • Menos frecuentemente pueden aparecer: síncope, palpitaciones, insomnio, vómitos, aumento de las  enzimas hepáticas (fosfatasa alcalina y GGT), dolor de espalda, calambres musculares, sangrado de la vía  respiratoria (hemoptisis), neumonía.
  • Más raramente: broncoespasmo, dolor en el pecho, falla cardíaca, diarrea, vértigos, falta de aire, sangrado nasal, sangrado de las encías, fallo del riñón, edemas periféricos, taquicardia, silbidos en el pecho.


Cada paciente es único, por lo que es esencial consultar y discutir los riesgos y beneficios del tratamiento específicamente con el/la médico/a especialista en esta enfermedad.

Normativa de tratamiento de Hipertensión Arterial Pulmonar

La cobertura financiera del Fondo Nacional de Recursos para el tratamiento de la Hipertensión Arterial Pulmonar comprende los fármacos Bosentan e Iloprost.

A efectos de autorizar la cobertura financiera, en todos los pacientes se tomará en cuenta en forma integral la edad, calidad de vida, la existencia de comorbilidades y el pronóstico. De tal manera que de la evaluación surja una expectativa de vida razonable.

Pueden existir situaciones clínicas, vinculadas a otras patologías en las cuales el uso de estos medicamentos puede estar planteado. Queda expresamente establecido que estas situaciones no están contempladas en las indicaciones que cubrirá el Fondo Nacional de  Recursos. Asimismo, la financiación se realizará teniendo en cuenta los criterios de exclusión e inclusión a los que puede acceder en forma detallada en esta normativa.

Información Hipertensión Arterial Pulmonar

Es una presión arterial anormalmente alta en las arterias de los pulmones, lo cual hace que el lado derecho del corazón se esfuerce más de lo normal.

Causas
El lado derecho del corazón bombea sangre a través de los pulmones, donde recoge oxígeno. Luego, la sangre retorna al lado izquierdo del corazón, de donde se bombea hacia todo el cuerpo. Cuando las pequeñas arterias (vasos sanguíneos) de los pulmones se estrechan, no pueden transportar mucha sangre. Cuando esto sucede, la presión se acumula, lo cual se denomina hipertensión pulmonar. El corazón necesita trabajar más fuertemente para forzar la circulación de la sangre a través de los vasos en contra de esta presión. Con el tiempo, esto provoca que el lado derecho del corazón se vuelva más grande. En este momento, la insuficiencia cardíaca compromete el lado derecho del corazón, lo cual se denomina cor pulmonar.

La hipertensión pulmonar puede ser causada por:

Enfermedades autoinmunitarias que dañan los pulmones, como la esclerodermia,  el lupus o la artritis reumatoidea, anomalías congénitas del corazón, coágulos sanguíneos en el pulmón (embolia pulmonar), insuficiencia cardíaca congestiva, enfermedad de las válvulas del corazón, infección por VIH, niveles bajos de oxígeno en la sangre durante un largo tiempo (crónico), enfermedad pulmonar, como EPOC o fibrosis pulmonar, medicamentos (ciertos fármacos para adelgazar), apnea obstructiva del sueño.

En muchos casos, la causa se desconoce, y la afección se conoce como hipertensión arterial pulmonar idiopática (HAPI) y solía llamarse hipertensión pulmonar primaria (HPP). La hipertensión arterial pulmonar idiopática (HAPI) es infrecuente y afecta más a las mujeres que a los hombres. Si la hipertensión pulmonar es causada por un medicamento o por una afección médica conocida, se denomina hipertensión pulmonar secundaria.

Síntomas
Con frecuencia, la dificultad para respirar o el mareo leve durante la actividad es el primer síntoma. Es posible que se presente frecuencia cardíaca rápida (palpitaciones). Con el tiempo, los síntomas ocurren con actividad más ligera o incluso estando en reposo.

Otros síntomas abarcan:

Hinchazón de las piernas y los tobillos, coloración azulada de los labios o la piel (cianosis), presión o dolor torácico, generalmente en la parte frontal del pecho, vértigo o episodios de desmayo, fatiga, aumento del tamaño del abdomen, debilidad.

Las personas con hipertensión pulmonar a menudo tienen síntomas que aparecen y desaparecen. Ellos informan que tienen días buenos y malos.

Fuente: http://www.nlm.nih.gov/

Tratamiento integral de la HTAP: Si usted tiene hipertensión arterial pulmonar además de recibir los medicamentos indicados deberá cumplir con las siguientes recomendaciones para optimizar los beneficios del tratamiento farmacológico y evitar complicaciones.

Por lo tanto se aconseja:
Realizar reacondicionamiento físico supervisado, sin realizar ejercicio aeróbico, prevención del embarazo con métodos de barrera (preservativo) o anticonceptivos progestágenos. En la HTAP el embarazo se asocia a 30-50% de mortalidad, contraindicación de uso de anorexígenos, prevención de infecciones: vacunación anti-gripal todos los años y anti-neumocócica cada 5 años, hepatitis B y A, apoyo psicológico, cumplir con el tratamiento farmacológico: seguramente usted tiene la indicación de tomar varios fármacos para mejorar la sintomatología de la HTAP; la indicación de éstos medicamentos varían según la patología que ocasionó su hipertensión pulmonar; puede tener indicado tomar diuréticos, digoxina, antihipertensivos, anticoagulantes, sildenafil, u otros. Es importante que cumpla estrictamente con las indicaciones y las dosis señaladas por su médico tratante.

El trasplante pulmonar es una opción para aquellos pacientes en que fracasa la terapia médica. Puede acercarse a la Asociación para pacientes con hipertensión pulmonar ADHIPU con sede en Sayago; email: adhipu.uruguay@gmail.com, Tel: 23546056 – 094323742.

Por mayor información sobre este tratamiento consulte a su médico tratante.

Riesgos del tratamiento propuesto para la Fibrosis Quística

En el transcurso del tratamiento con Tobramicina Inhalatoria pueden presentarse, según la literatura médica, los siguientes eventos adversos:

  • Náusea.
  • Vómitos.
  • Diarrea leve o intensa.
  • Descamación o ampollas en la piel.
  • Picazón, urticaria.
  • Hinchazón en los ojos, rostro, garganta, lengua o labios.
  • Dificultad para respirar.

Algunos de los efectos secundarios más frecuentes que puede ocasionar Alfa-dornasa son:

  • Dolor de garganta.
  • Ronquera o cambios en la voz.
  • Erupciones cutáneas leves.
  • Conjuntivitis (ojo rojo o irritado).
  • Fiebre leve.
  • Dificultad para respirar o sibilancias.
  • Inflamación en la garganta o la cara.
  • Reacciones alérgicas graves (urticaria, picazón intensa).
  • Dolor en el pecho.

En lo que respecta al Elexacaftor/Tezacaftor/Ivacaftor e Ivacaftor, algunos de los efectos secundarios más frecuentes son:

  • Dolor de cabeza.
  • Náuseas.
  • Congestión nasal.
  • Erupciones cutáneas leves.
  • Aumento de la presión arterial.
  • Alteraciones oftalmológicas.
  • Cambios conductuales/trastornos del sueño.

También se pueden presentar otros efectos secundarios considerados graves, tales como:

  • Dolor abdominal intenso.
  • Aumento de las enzimas hepáticas (detectable en análisis de sangre).
  • Coloración amarillenta en la piel o los ojos (ictericia).
  • Reacciones alérgicas graves (hinchazón en el rostro, urticaria).
  • Dificultad para respirar.

Cada paciente es único, por lo que es esencial consultar y discutir los riesgos y beneficios del tratamiento específicamente con el/la médico/a especialista en esta enfermedad.

Normativa de tratamiento de Fibrosis Quística

Para el tratamiento de la Fibrosis Quística el Fondo Nacional de Recursos brinda Tobramicina inhalatoria, Alfa-dornasa, Elexacaftor/Tezacaftor/Ivacaftor e Ivacaftor, de acuerdo a los criterios establecidos en su Normativa de Cobertura.

Información de Fibrosis Quística

Es una enfermedad hereditaria que provoca la acumulación de moco espeso y pegajoso en los pulmones, el tubo digestivo y otras áreas del cuerpo. Es uno de los tipos de enfermedad pulmonar crónica más común en niños y adultos jóvenes, y es un trastorno potencialmente mortal.

Causas: la fibrosis quística (FQ) es causada por un gen defectuoso que lleva al cuerpo a producir un líquido anormalmente espeso y pegajoso llamado moco. Este moco se acumula en las vías respiratorias de los pulmones y en el páncreas, el órgano que ayuda a descomponer y absorber los alimentos.

Esta acumulación de moco pegajoso ocasiona infecciones pulmonares potencialmente mortales y serios problemas digestivos. Esta enfermedad también puede afectar las glándulas sudoríparas y el aparato reproductor masculino. Millones de personas portan el gen defectuoso de la fibrosis quística, pero no manifiestan ningún síntoma. Esto se debe a que para tener esta enfermedad debe heredar dos genes defectuosos para la fibrosis quística: uno de cada padre.

A la mayoría de los niños con fibrosis quística se les diagnostica la enfermedad hacia los dos años. Sin embargo, a un pequeño número no se le diagnostica la enfermedad hasta los 18 años o más. Estos pacientes generalmente padecen una forma más leve de la enfermedad.

Síntomas: los síntomas en los recién nacidos pueden abarcar retraso en el crecimiento, incapacidad para aumentar de peso normalmente durante la niñez, ausencia de deposiciones durante las primeras 24 a 48 horas de vida, piel con sabor salado.

Los síntomas relacionados con la función intestinal pueden abarcar: dolor abdominal a causa del estreñimiento grave, aumento de gases, meteorismo o un abdomen que parece hinchado (distendido), náuseas e inapetencia, materias fecales pálidas o color arcilla, de olor fétido, que tienen moco o que flotan, pérdida de peso.

Los síntomas relacionados con los pulmones y los senos paranasales pueden abarcar: tos o aumento de la mucosidad en los senos paranasales o los pulmones, fatiga, congestión nasal causada por los pólipos nasales, episodios recurrentes de neumonía.

Los síntomas en alguien con fibrosis quística abarcan: fiebre, aumento de la tos, aumento de la dificultad para respirar, falta de apetito, aumento de la expectoración, dolor o presión sinusal causados por infección o pólipos.

Los síntomas que se pueden notar posteriormente en la vida son: esterilidad (en los hombres), inflamación repetitiva del páncreas (pancreatitis), síntomas respiratorios, dedos malformados.

Fuente: http://www.nlm.nih.gov/

 

Tratamiento integral de la fibrosis quística
El tratamiento de la fibrosis quística (FQ) se basa en tres pilares fundamentales:

Kinesioterapia respiratoria: el objetivo es eliminar el moco bronquial el cual favorece la aparición de infecciones respiratorias. Es fundamental que el paciente sea valorado por un médico fisiatra quien indicará un programa de ejercicios respiratorios destinados a eliminar el moco retenido.
Es importante estimular siempre que sea posible la realización de actividad física o deportiva supervisada, para mejorar la capacidad pulmonar, la tonicidad muscular y la imagen de si mismo.
Si se utilizan antibióticos nebulizados como la Tobramicina estos se deben administrar luego que la vía aérea se encuentra limpia; o sea después de haber utilizado los inhaladores broncodilatadores y luego de haber realizado la fisioterapia respiratoria indicada, de lo contrario el antibiótico no será lo eficaz que se quiere.

Mantener una buena nutrición: el paciente con FQ debe contar con un médico gastroenterólogo y con un nutricionista de referencia para realizar una evaluación periódica del estado nutricional, realizar y supervisar la indicación de vitaminas, suplementos nutricionales y de enzimas pancreáticas si el paciente lo requiere.
La insuficiencia pancreática a pesar de que no todos los fibroquísticos la padecen es la principal causa de desnutrición afectando la calidad de vida y la sobrevida.

Administración de antibióticos de acuerdo a indicaciones médicas.
La indicación de antibióticos se debe realizar en función de los resultados de los cultivos de secreciones ya sea en forma preventiva, para tratar una infección activa o exacerbación de la enfermedad.  Estos se pueden administrar por vía oral, intravenosa o por inhalación (nebulización) en el domicilio o en el hospital.

Tener un equipo técnico de referencia que incluya al médico neumólogo, internista o pediatra, fisiatra y fisioterapeuta, enfermero, nutricionista y psicólogo es fundamental para asegurar el tratamiento integral de esta enfermedad lo que mejorará la calidad de vida, y favorecerá que esta sea activa y productiva.

Por mayor información sobre este tratamiento consulte a su médico tratante.

Riesgos del tratamiento propuesto para la Espasticidad y distonías

En el transcurso del tratamiento con Toxina botulínica pueden presentarse, según la literatura médica, los siguientes eventos adversos:
  • Irritación en el sitio de administración.
  • Sequedad de boca.
  • Mareos, somnolencia, fatiga.
  • Visión borrosa.
  • Dolor de cabeza.
  • Debilidad muscular excesiva.
  • Disfagia, neumonía por aspiración.
  • Trastornos del habla.
  • Reacciones alérgicas.


Cada paciente es único, por lo que es esencial consultar y discutir los riesgos y beneficios del tratamiento específicamente con el/la médico/a especialista en esta enfermedad.

Normativa de tratamiento de la Espasticidad y distonías

El tratamiento con cobertura del Fondo Nacional de Recursos para distonías focales y espasticidad es la Toxina Botulínica.

Existen otras patologías en las cuales se puede usar la Toxina botulínica; éstas no están contempladas dentro de las indicaciones que cubrirá el Fondo Nacional de Recursos.

En todos los pacientes se tomará en cuenta además, una  valoración integral que incluya: edad, comorbilidades, calidad de vida, y pronóstico, de tal manera que de la evaluación surja una expectativa de vida razonable.
Las complicaciones o efectos colaterales derivadas del tratamiento deberán ser resueltas por la institución en la cual se asiste el paciente.

Asimismo, la financiación se realizará teniendo en cuenta los criterios de exclusión e inclusión a los que puede acceder en forma detallada en la normativa.

Riesgos del tratamiento propuesto para la Esclerosis Múltiple

Los efectos adversos más frecuentes del tratamiento con Interferón Beta y Acetato de Glatiramer son: el síndrome pseudo gripal y las reacciones cutáneas en el sitio de aplicación.

En el caso del tratamiento con Fingolimod pueden aparecer los siguientes eventos adversos en forma frecuente: dolor de cabeza, aumento de las enzimas hepáticas, diarrea, náuseas, dolor abdominal, infección por gripe, dolor de espalda, tos, sinusitis. Menos frecuentemente puede aparecer: aumento de la presión arterial, alteraciones del ritmo cardiaco, convulsiones, caída de cabello, engrosamientos de la piel, hongos a nivel de piel que alteran la pigmentación, aumento de los triglicéridos en sangre, alteraciones del sistema inmunológico, cáncer de piel, infección por el virus del herpes, dolor en las extremidades, cansancio, visión borrosa, falta de aire, bronquitis, función pulmonar disminuida, infección bacteriana, accidente cerebrovascular (isquémico y hemorrágico), hepatitis, infección por hongos, sarcoma de Kaposi, edema macular, linfoma maligno (incluidos los linfocitos B y los linfocitos T), melanoma maligno, fallo multiorgánico, linfoma no Hodgkin, enfermedad arterial periférica, neumonía, enfermedad neurológica degenerativa, alternaciones en el Electrocardiograma, erupción cutánea, síncope, urticaria.

Durante el tratamiento con Ocrelizumab se puede producir reacciones adversas, aunque no todas las personas las sufran. Las reacciones relacionadas con la infusión son la reacción adversa más frecuente del tratamiento (pueden afectar a más de 1 de cada 10 personas), ocurren en las primeras 24hr posterior a la administración y en la mayoría de los casos son reacciones leves, pero pueden producirse algunas reacciones graves. Incluyen picazón de la piel, erupción cutánea, enrojecimiento de la piel,  irritación o dolor de garganta, dificultad para respirar, hinchazón de la garganta, presión arterial baja, fiebre, etc. Se ha notificado también una mayor frecuencia de infecciones (respiratorias, piel, herpéticas principalmente, reactivación de VHB), si bien son habitualmente leves algunas algunas de ellas pueden ser graves. También puede presentarse  disminución de ciertas proteínas en la sangre (inmunoglobulinas) que ayudan a proteger frente a infecciones y niveles bajos de un tipo de glóbulos blancos (neutropenia). En forma poco frecuente puede asociarse a depresión, edema de miembros, leucoencefalopatía multifocal progresiva, cáncer de mama. etc.


Cada paciente es único, por lo que es esencial consultar y discutir los riesgos y beneficios del tratamiento específicamente con el/la médico/a especialista en esta enfermedad.