El trasplante renal es un tratamiento destinado a enfermos que presentan insuficiencia renal crónica, y que consiste en implantar mediante una cirugía un riñón funcionante proveniente de un donante vivo o fallecido a fin de devolverle las funciones que ha perdido.
Previamente al trasplante es necesario efectuar una serie de estudios para determinar la compatibilidad de los tejidos del donante con los tejidos del receptor. Estos estudios son realizados por el Instituto Nacional de Trasplantes quien es el organismo supervisor de la donación de órganos en el Uruguay y garantiza todos los procedimientos para la obtención y asignación de los mismos.
Los trasplantes de riñón ofrecen el mejor pronóstico para los pacientes con enfermedad renal en estado terminal, sin embargo, siempre existe la posibilidad de que el cuerpo rechace el nuevo riñón.
El sistema inmunológico identifica el riñón trasplantado como órgano extraño y trata de destruirlo. Esto se conoce como rechazo y puede ocurrir en forma aguda o crónica. Con el fin de evitar este rechazo el paciente trasplantado requiere tratamiento de por vida con medicamentos que supriman la respuesta inmune (medicamentos inmunosupresores). La desventaja de estos medicamentos es que también reducen la capacidad natural del cuerpo para combatir diversas infecciones.
El éxito de un trasplante de riñón depende fundamentalmente de la vitalidad del riñón a implantar, de las condiciones de salud del paciente receptor, del control medico periódico posterior y cumplimiento meticuloso del las indicaciones medicas y del régimen de medicamentos.
La técnica quirúrgica más usada para el trasplante ubica el riñón del donante en la fosa ilíaca derecha (parte inferior derecha del abdomen). Esta zona tiene la ventaja de su fácil acceso, tiene grandes vasos a los que se unen la arteria y vena del injerto, la vejiga está próxima, por lo que el conducto (uréter) que lleva la orina desde el riñón trasplantado a la vejiga se puede unir a ésta sin dificultad. Además esta zona está protegida por los huesos de la pelvis sobre los que se acomoda el riñón. Al fluir sangre a través del nuevo riñón, se producirá orina aunque no siempre es de inmediato. Los riñones propios del receptor se dejan en su sitio y sólo en casos muy concretos se extirpan.
Un 50 % de los Riñones Trasplantados encuentran cumpliendo su función a los diez años del trasplante.
Una persona se puede trasplantar más de una vez a lo largo de su vida.