Los tejidos enfermos suelen tener una actividad metabólica diferente a la de los tejidos sanos, en particular en presencia de un cáncer o una enfermedad inflamatoria.
Antes de realizar el estudio se inyecta en una vena el radiofármaco y se debe esperar alrededor de 50 minutos, luego se toman las imágenes en forma similar a una tomografía convencional.
La Tomografía por Emisión de Positrones es un procedimiento sencillo que se desarrolla sin complicaciones en la mayoría de los pacientes. No obstante como todo procedimiento médico tiene sus riesgos y complicaciones propias y otras que se originan por la patología del paciente.
La única contraindicación de este procedimiento es el embarazo, como en todo estudio radiológico. Durante la lactancia, se deberá suspender la misma por 1 día.
Las dosis de radiofármaco son muy bajas y determinan una baja exposición a la radiación, que desaparece rápidamente del cuerpo. Algunas personas pueden presentar dolor, enrojecimiento o hinchazón en el sitio de la inyección, incluso reacciones alérgicas a la sustancia radioactiva administrada. Si tiene algún antecedente de haber presentado reacciones alérgicas y especialmente en estudios de medicina nuclear debe comunicarle al médico.
Las personas que se sienten incómodas en espacios reducidos o cerrados pueden sufrir un poco de ansiedad durante el procedimiento.
Este estudio complementa otros estudios imagenlógicos, permitiendo mayor precisión en la detección y estadificación de algunos tumores y en la planificación del tratamiento.
No todos los tumores son igualmente visibles por este procedimiento. A medida que se desarrollan nuevos radiotrazadores, permite ampliar las indicaciones del PET-CT.