- Información para pacientes
- ¿Qué medicamentos financiamos?
- Posibles riesgos del tratamiento
Información Cáncer de Próstata
La próstata es una glándula presente en el hombre que produce parte del líquido que conforma una parte del semen. Se ubica por debajo de la vejiga rodeando la uretra, conducto a través del cual se elimina la orina. El cáncer de próstata es frecuente en el hombre, especialmente después de los 60 años. Se desarrolla desde células de la glándula y en su mayor proporción son del tipo adenocarcinoma, teniendo un desarrollo muy lento.
Cuando el cáncer llega a un estado muy avanzado requiere de determinados tratamientos basados en medicamentos, llamados terapias hormonales, que buscan disminuir los efectos de las hormonas masculinas, androgénos y testosterona, las cuales se ha demostrado que pueden favorecer su progresión.
En algunos pacientes se observa que el cáncer continúa progresando a pesar de esta terapia hormonal. Es decir, son resistentes a este tratamiento. En estos casos el médico ve la necesidad de recomendar otra línea de tratamiento en base también a medicamentos. Entre ellos están los agentes de quimioterapia como ser Docetaxel y Cabazitaxel y otros llamados antiandrógenicos como lo son la Enzalutamida y la Abiraterona. Todos estos medicamentos presentan diferentes indicaciones según la evaluación de la enfermedad, así como diferentes vías de administración, eficacia y posibilidad de presentar eventos adversos.
Por mayor información sobre este tratamiento consulte a su médico tratante.
Normativa de tratamiento del Cáncer de Próstata
Para el tratamiento de cáncer de próstata metastásico el Fondo Nacional de Recursos financia: Abiraterona y Olaparib.
Si desea ampliar la información sobre las indicaciones para esta cobertura, ingrese a la normativa:
Riesgos del tratamiento propuesto para el Cáncer de Próstata
Durante el transcurso del tratamiento con Abiraterona pueden presentarse los siguientes eventos adversos:
- Más frecuentemente: aumento de la presión arterial, edema de miembros inferiores, fatiga, dificultades para dormir, aumento de lípidos y colesterol, aumento de glicemia, aumento sanguíneo del sodio, potasio y fosforo, sofoco, estreñimiento, diarrea, infección urinaria, alteraciones del sistema inmune, hematomas, aumento de las enzimas hepáticas y la bilirrubina, dolores articulares y musculares, tos, infecciones respiratorias altas, falta de aire.
- Menos frecuentemente puede aparecer: alteraciones del ritmo cardiaco, dolor de pecho, insuficiencia cardíaca, dolores de cabeza, caídas, erupción cutánea, sangre en orina, dolor en la ingle, aumento la frecuencia urinaria nocturna, fracturas de hueso, fiebre, daño hepático, insuficiencia adrenocortical, hepatitis fulminante, daño muscular, neumonitis.
El uso de Olaparib puede tener efectos secundarios que varían de un paciente a otro. Algunos de los riesgos incluyen:
- Más frecuentes: náuseas y vómitos, fatiga, anemia y disminución del apetito.
- Menos frecuentes: reacciones cutáneas, alteraciones en la función hepática, neumonitis e infecciones.
Cada paciente es único, por lo que es esencial consultar y discutir los riesgos y beneficios del tratamiento específicamente con el/la médico/a especialista en esta enfermedad.