Es una forma de tratamiento para pacientes con determinadas alteraciones del ritmo cardíaco que en consecuencia dificulta las actividades normales de la vida o pone en riesgo la misma.
El ritmo cardíaco se produce por impulsos eléctricos que recorren el corazón se originan en un marcapaso natural y producen por este mecanismo la contracción del músculo cardíaco.
Por diversas enfermedades este mecanismo de conducción puede afectarse e interrumpirse, dando lugar a alteraciones del ritmo normal habitual.
El marcapasos implantable ayuda a que el corazón lata de manera regular y a una frecuencia apropiada para las necesidades de la vida cotidiana.
El marcapaso implantable es un dispositivo electrónico que se coloca internamente, por debajo de la piel y que genera en forma automática impulsos eléctricos. Estos impulsos transcurren a través de cables muy finos y flexibles (electrodos) hasta las paredes del corazón para producir su contracción.
El procedimiento más frecuente consiste en realizar una incisión pequeña (previa anestesia local) en la piel del tórax ubicada por debajo de la clavícula izquierda. Allí se crea una pequeña cavidad o “bolsillo” en donde se alojara el marcapasos. Luego se introduce uno o dos electrodos por una vena y se les hace avanzar hasta las cavidades cardíacas (más frecuentemente el ventrículo o aurícula derechos), mediante control con rayos X. Los electrodos se conectan finalmente al generador ubicado en el bolsillo.
Por último, una vez comprobado el correcto funcionamiento del marcapasos, se cierra la cavidad con unos puntos de sutura.
Periódicamente se requiere realizar controles para verificar el funcionamiento adecuado del marcapaso. El generador que genera impulsos puede agotarse en un periodo promedio de 6 a 7 años, lo cual obliga al recambio del marcapaso.