Implante de Cardiodesfibrilador Automático
Es un tratamiento no farmacológico para pacientes portadores de alteraciones graves del ritmo cardíaco (arritmias ventriculares), de aparición súbita que pueden provocar un paro cardíaco.
El objetivo fundamental del cardiodesfibrilador implantable es detectar inmediatamente esta alteración y suprimirla rápidamente ya sea mediante estimulación programada óo mediante una descarga eléctrica a fin de que se restablezca el ritmo normal. Este episodio en otras circunstancias podría haber provocado la muerte súbita.
El procedimiento consiste en implantar debajo de la piel un generador interno de impulsos eléctricos (al igual que un marcapasos) y electrodos que se colocan en las cavidades cardíacas, a través de venas que llegan al corazón.
Este aparato comprueba permanentemente el funcionamiento del corazón permaneciendo inactivo hasta que percibe la arritmia, momento en el cual actúa evitando las consecuencias perjudiciales de la arritmia.
El procedimiento se realiza con una incisión pequeña en la piel del tórax ubicada por debajo de la clavícula izquierda y se crea una pequeña cavidad o “bolsillo”. Se introduce él o los electrodos por una vena y se les hace avanzar hasta las cavidades cardíacas (más frecuentemente el ventrículo y aurícula derechos), mediante control con rayos x, se fijan y se conectan finalmente al generador.
Por último se coloca el cardiodesfibrilador (generador) en la cavidad o bolsillo formado. Una vez comprobado el correcto funcionamiento del aparato, se cierra la cavidad con unos puntos de sutura.
Periódicamente se requiere realizar controles para verificar el funcionamiento adecuado del cardiodesfibrilador. El dispositivo tiene una batería y puede agotarse en un periodo promedio de 4 años, lo cual obliga al implante de un nuevo dispositivo.
Este procedimiento se realiza con anestesia general y habitualmente requiere internación de 1 ó 2 días posterior al implante.