Como ocurre con toda medicación aquellas personas que llevan a cabo un tratamiento con omalizumab tienen riesgos de presentar eventos adversos.
Según la literatura médica los siguientes eventos adversos más frecuentes son: dolores de cabeza, reacción locales en el lugar de inyección (puede incluir sangrado, moretones, ardor, dolor, prurito, hinchazón, calor, tumefacción, urticaria).
Menos frecuentemente puede aparecer: edema periférico, dolor, mareos, fatiga, ansiedad, caída de cabello, urticaria, dolor abdominal, gastroenteritis viral, dolor de muelas, Infecciones urinarias, infecciones por hongos, dolores articulares, dolor en las extremidades, dolor musculares, fractura ósea, dolor e infección de oído, faringitis, sinusitis, sangrado nasal, infecciones respiratorias altas, asma, dolor de garganta, dolor de cabeza, tos, fiebre, reacciones alérgicas, inflamación de las articulaciones, broncoespasmo, opresión en el pecho, disminución de las inmunoglobulinas en la sangre, falta de aire, alteraciones del hemograma con eosinofilia, granulomatosis eosinofílica con poliangiitis, disminución de la presión arterial, aumento de las inmunoglobulinas, inflamación de ganglios, neoplasias malignas, edema faríngeo, enfermedad del suero, disminución de las plaquetas grave, erupción cutánea, inflamación de la lengua, síncope, vasculitis.
Los eventos adversos pueden aparecer tanto luego de la primera dosis como hasta luego de un año de recibirla.
Hay pocos datos relativos al uso de omalizumab en mujeres embarazadas. Se sabe que atraviesa la barrera placentaria pero se desconoce el daño potencial sobre el feto. Dado la incertidumbre respecto a sus efectos no debería utilizarse durante el embarazo excepto si fuese claramente necesario.
Ante cualquier síntoma o signo que aparezca durante el tratamiento se debe consultar en forma inmediata al médico tratante.